Descubre cómo mantener tu memoria en forma con hábitos diarios que fortalecen el cerebro, reducen el riesgo de Alzheimer y mejoran tu bienestar.
Con el paso de los años, es común experimentar olvidos leves, como no recordar dónde dejamos las llaves o el nombre de alguien recién conocido. Aunque muchas veces lo asociamos de inmediato con el Alzheimer, lo cierto es que adoptar ciertos hábitos puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta y otras enfermedades que afectan la memoria.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 57 millones de personas en el mundo viven con algún tipo de demencia (término que agrupa distintas enfermedades que afectan el cerebro), siendo el Alzheimer la forma más común, con entre un 60 % y 70 % de los casos. Estas cifras reflejan la importancia de promover rutinas que ayuden a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Frente a este panorama, el doctor Alejandro Hoyos, neurólogo de Compensar, resalta que, “el Alzheimer no solo compromete la memoria, también impacta profundamente la vida diaria de quienes lo padecen y la de sus familias.” Conocer más sobre esta enfermedad es el primer paso para actuar a tiempo y adoptar medidas de prevención.
Sigue leyendo y descubre cómo cuidar tu memoria y fortalecer tu salud cerebral.
¿Qué es el Alzheimer?
Según explica el doctor Alejandro Hoyos, “el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y otras funciones del cerebro. Es progresiva y crónica, lo que significa que avanza con el tiempo y, hasta ahora, no existe un tratamiento que logre detenerla o recuperar los recuerdos ya perdidos”.
Es así como, “el objetivo de los tratamientos actuales no es curar la enfermedad, sino ralentizar su avance y dar calidad de vida al paciente”, señala el doctor. Por eso, el acompañamiento tanto médico como familiar es clave en cada etapa.
Factores que influyen en la aparición del Alzheimer
El doctor Alejandro Hoyos explica que, “de acuerdo con investigaciones realizadas en los últimos 50 años, existen 12 factores de riesgo modificables que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar Alzheimer”. Sin embargo, muchos se pueden trabajar en diferentes etapas de la vida para reducir el impacto.
1. En la etapa temprana (infancia y adolescencia)
Bajo nivel educativo: una buena preparación académica en la niñez fortalece las conexiones neuronales. Cuantas más conexiones se forman en esta etapa, mayor capacidad tendrá el cerebro para compensar la pérdida de neuronas en la adultez.
2. En la etapa media (entre los 40 y 65 años)
Entre los factores comunes en esta etapa de la vida se encuentran:
- Pérdida auditiva no tratada.
- Hipertensión arterial no controlada.
- Obesidad.
- Trauma craneoencefálico (golpes fuertes en la cabeza).
- Consumo excesivo de alcohol: el licor tiene un efecto tóxico en el cerebro tanto a corto como a largo plazo.
Estos factores, especialmente cuando se combinan, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y daño cerebral, lo que acelera la pérdida de neuronas y sinapsis.
3. En la etapa tardía de la vida
En esta etapa los factores comunes incluyen:
- Tabaquismo.
- Diabetes.
- Depresión: no es solo “sentirse triste”, sino una alteración química del cerebro que puede afectar el sueño, la salud cardiovascular y favorecer el aislamiento.
- Inactividad física.
- Bajo contacto social o aislamiento: vivir solo reduce los estímulos cognitivos y aumenta la vulnerabilidad a accidentes o dificultades en el manejo de medicamentos.
- Contaminación ambiental.
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Señales para estar atentos a tu memoria
Olvidar cosas de vez en cuando es normal, pero si estos episodios se vuelven frecuentes, es importante prestar atención a señales como:
- Repetir la misma pregunta varias veces en poco tiempo.
- Dificultad para seguir conversaciones o instrucciones.
- Olvidar eventos importantes o citas a pesar de anotarlos.
- Perder objetos de manera constante y no recordar dónde.
- Cambios en el estado de ánimo o desorientación en lugares conocidos.
Si notas varias de estas situaciones, no significa necesariamente Alzheimer, pero sí es buena idea consultar con un especialista para descartar otras causas y cuidar tu salud cognitiva.
Profesionales y chequeos clave para cuidar tu memoria
El cuidado del Alzheimer requiere un enfoque integral y la participación de varios profesionales de la salud:
- Neurología y psiquiatría: claves para vigilar la evolución de la enfermedad y manejar síntomas como agitación, ansiedad o agresividad.
- Neuropsicología: fundamental en la etapa de diagnóstico, ya que permite evaluar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas.
- Apoyo emocional a la familia: quienes cuidan a la persona con Alzheimer enfrentan una tarea muy exigente, por lo que también necesitan acompañamiento e incluso tratamiento especializado.
- Terapia física y ocupacional: recomendables desde el inicio para preservar la movilidad, la independencia y la funcionalidad del paciente.
- Fonoaudiología: ayuda a retrasar el deterioro del lenguaje y las dificultades para tragar (deglución).
“El abordaje multidisciplinario no solo busca acompañar al paciente, sino también sostener a la familia en un proceso que puede ser muy retador”, resalta el doctor Alejandro Hoyos.
Cuidar tu memoria es clave para reducir el riesgo de Alzheimer. Mantenerte activo, aprender cosas nuevas, dormir bien y cultivar relaciones significativas son hábitos sencillos que, con el tiempo, se convierten en la mejor inversión para tu bienestar y calidad de vida.
Y si notas cambios en tu memoria, no te alarmes, lo importante es actuar a tiempo, pedir orientación y apoyarte en recursos confiables. Te compartimos una guía práctica con más información para ti y tu familia.Cartilla sobre Alzheimer >>