La tos ferina puede pasar desapercibida al inicio, pero llegar a ser letal para un recién nacido. Conocer sus señales y tomar medidas preventivas es la mejor manera de protegerlo.
La tos ferina ha vuelto a estar en alerta por el aumento de casos en las últimas semanas. Esta enfermedad altamente contagiosaafecta las vías respiratorias y representa unriesgo importante para los bebés menores de un año, sobre todo si no han completado su esquema de vacunación.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), con corte a 14 de junio, se notificaron 3.111 casos a nivel nacional. Estos datos abren la conversación sobre una enfermedad que es clave conocer para identificar síntomas, reducir riesgos y proteger a la familia.
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¿Qué es la tos ferina?
Según la doctora Claudia Devia, asesora en neonatología de Compensar, “la tos ferina, o pertussis, es una enfermedad respiratoria aguda causada por la bacteria Bordetella pertussis. Afecta principalmente las vías respiratorias superiores y se caracteriza por una tos intensa y repetitiva, que a menudo finaliza con un silbido agudo al inhalar, conocido como ‘gallo’ o whoop”.
Es especialmente peligrosa en bebés menores de 6 meses, quienes pueden presentar apnea (pausas en la respiración) en lugar de la tos clásica, aumentando el riesgo de complicaciones graves.
¿Cómo se transmite la tos ferina?
Se transmite directamente de persona a persona a través de gotículas respiratorias que se expulsan al toser, estornudar o incluso hablar a corta distancia.Es altamente contagiosa: una sola persona infectada puede transmitirla al 80–90 % de los contactos cercanos que no estén vacunados.
Por eso, mantener la vacunación al día y tomar precauciones al presentar síntomas respiratorios es clave para frenar su propagación.
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Fases de la tos ferina: cómo reconocer cada señal a tiempo
La tos ferina suele desarrollarse en tres fases clínicas, aunque en lactantes pequeños los síntomas pueden ser atípicos.
1. Fase catarral (1 a 2 semanas)
Síntomas: similares a un resfriado común con congestión nasal, lagrimeo, estornudos, tos leve y febrícula o ausencia de fiebre.
Contagiosidad: máxima; la bacteria se transmite con facilidad.
2. Fase paroxística (2 a 6 semanas)
Síntomas: entre los más comunes en esta fase se encuentran:
- Episodios de tos intensa y repetitiva, seguidos de inspiración forzada con silbido.
- Vómitos tras los episodios de tos.
- Cansancio extremo después de los accesos.
- En bebés menores de 3 meses puede faltar la tos típica, presentándose apnea o cianosis (piel azulada).
Contagiosidad: disminuye, pero sigue presente hasta 3 semanas después del inicio de los paroxismos si no se usan antibióticos.
3. Fase de convalecencia (2 a 3 semanas o más)
- Mejoría progresiva: los episodios de tos se vuelven menos intensos y frecuentes.
- Persistencia: puede reaparecer con infecciones respiratorias posteriores durante semanas o meses, conocida como la “tos de los 100 días”.
Protege a tu bebé: prevención de la tos ferina
Proteger a tu recién nacido de la tos ferina requiere actuar desde temprano y con varias medidas. Estas son las estrategias claveque recomienda la doctora Claudia Devia:
1. Vacunación en gestantes
Se administra la vacuna Tdap (difteria, tétanos y tos ferina) a partir de la semana 26 de embarazo.
Su objetivo es transferir anticuerpos maternos al bebé para protegerlo desde el nacimiento. Este ajuste busca aumentar rápidamente la cobertura y reducir el riesgo de complicaciones graves en los primeros meses.
2. Esquema infantil actualizado
La vacunación contra la tos ferina en los bebés empieza con la primera dosis a la sexta semana de vida y continúa con dosis cada seis semanas hasta completar todo el esquema, protegiendo al bebé desde los primeros meses, que son los más delicados.
Esquema completo recomendado
- Se aplican a los 1,5 meses, 3 meses y 4,5 meses, usando vacunas que protegen contra la tos ferina, tétanos y difteria, entre otras enfermedades.
- Refuerzo a los 18 meses.
- Segunda dosis de DPT a los 5 años.
3. Estrategia “Cocooning”
Vacunar a convivientes cercanos (padres, abuelos, familiares) y cuidadores del bebé para crear un escudo de protección y reducir la exposición directa.
4. Medidas higiénicas básicas
- Lavado frecuente de manos.
- Uso de mascarilla en personas con síntomas respiratorios.
- Evitar visitas de personas enfermas al recién nacido.
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