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Así se ve la inclusión a los 40 años: la historia inspiradora de Camilo


    la inclusión de Camilo

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    Camilo fue diagnosticado con autismo atípico y luego de años de aislamiento social, descubrió que la inclusión abre nuevas puertas

    La inclusión no tiene edad, pero sí un impacto que dura toda la vida. Camilo lo sabe bien. Tras años de aislamiento social y un diagnóstico que sacudió a su familia, descubrió que siempre hay nuevas puertas por abrir cuando existe un acompañamiento adecuado.

    Como lo expresa su mamá, Carmen Elisa: “Para el mundo no habrá nada que hacer, pero para mí está todo el panorama por hacer, y lo haré mientras esté en este mundo”. De niño, Camilo tenía una memoria brillante; pero a los 8 años todo cambió. Su comportamiento dio un giro abrupto que desconcertó a todos y, aunque dolió, marcó el inicio de una transformación para él y su familia.

    El diagnóstico que transformó todo

    A los 8 años comenzaron los palmoteos, la ecolalia (repetición involuntaria de palabras o frases) y las dificultades para desenvolverse en casa y en el colegio. La familia buscó respuestas durante años hasta que finalmente llegó el diagnóstico de autismo atípico.

    Fue un golpe emocional, lleno de incertidumbre y la sensación de empezar de cero. Pero Carmen Elisa tenía claro desde el principio: si el mundo no ofrece soluciones, ella las construiría.

    Un nuevo comienzo: el impacto del Programa Enlaces

    A sus 41 años, tras casi una década con poca interacción social, Camilo ingresó al Programa Enlaces de Compensar, que por más de 30 años ha apoyado el desarrollo integral de personas con discapacidad cognitiva.

    El cambio fue evidente: empezó a comunicarse mejor, a relacionarse y a disfrutar de espacios que antes le costaban. Para su familia, fue un respiro y la confirmación de que existen caminos cuando hay acompañamiento.

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    Un equipo que transforma realidades

    Cada año, alrededor de 500 niños, jóvenes y adultos como Camilo participan en experiencias formativas guiadas por unos 60 docentes. Freddy Vargas, uno de ellos, resume la experiencia: “Es un proceso enriquecedor y un aprendizaje constante, con una población diversa y llena de habilidades”.

    Gracias al programa, más de 18 mil personas han encontrado oportunidades para crecer, alcanzar sueños y vivir con más bienestar.

    Mira el video y conoce más sobre esta historia de inclusión y bienestar.      

    Diversidad, más que un discurso, un compromiso

    “Aceptar que somos diversos es un acto de humanidad, y educarnos desde pequeños para reconocer y respetar esas diferencias es el camino hacia un mundo más justo, más empático y más real”, así lo reflexiona Carmen Elisa.

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