Meditación en casa para niños


    niña meditando en su cuarto

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    Enseñarle a un niño a escuchar su respiración y a reconocer sus emociones, hace de la meditación una herramienta poderosa que les ayuda a desarrollar habilidades sociales y por supuesto, encontrar una nueva forma de divertirse. Por eso a continuación, te enseñamos a realizar una meditación para que puedas enseñarle a tus niños.

    Mantener a un niño concentrado por un periodo largo de tiempo no es una tarea fácil, sin embargo, a través del yoga, es posible lograrlo y hacer de esta actividad parte de la rutina diaria .  Para Sandra Acevedo, docente de yoga en Compensar, “lo primero para enseñarles a los niños a meditar es no mencionarles la palabra meditación sino invitarlos a jugar. Por ejemplo, le puedes decir que escoja su juguete favorito, se acueste en el sitio más cómodo de su cuarto o casa y ponga el juguete sobre su estómago. Después, le dices que inhale para elevar su juguete y que, al exhalar, lo devuelva a su estado inicial”. 

    De esta manera y sin darte cuenta, le estás enseñando a tu hijo la base de la meditación: la respiración. Por otra parte, es fundamental realizar meditaciones cortas para que el niño no pierda interés en la práctica. 

    Aprende a hacer meditaciones guiadas con nuestra docente de yoga.

    Ejercicio OM de meditación para niños

    Mamá haciendo yoga con su hija.

    El OM es una palabra sagrada que se utiliza para invocar lo divino. Aunque se escriba OM se compone de tres letras: A, U y M, las cuales significan la creación, la preservación y la destrucción. Estas letras las puede decir cualquier niño sin importar su edad, pues la A se pronuncia con la boca abierta, la U que es un sonido profundo,  la O se logra formando un círculo con los labios y la M cerrando la boca completamente. 

    En esta meditación tus hijos percibirán el sonido y la vibración en su cuerpo, contribuyendo así a mantener la atención en la práctica. 

    • Primer paso: sentarse con las piernas cruzadas o en una posición cómoda en la que mantenga la espalda recta para permitir el flujo de la energía. 
    • Segundo paso: es momento de cerrar los ojos y comenzar a inhalar y exhalar por la nariz.
    • Tercer paso: ahora tu hijo debe imaginar que su estómago es un globo y necesita inhalar profundo para inflarlo. Después, exhalar abriendo la boca grande y diciendo  fuerte la letra aaaaaa.  Repetir tres veces, pero en la última respiración, exprésale que perciba en dónde está sintiendo la vibración. Luego, pregúntale dónde la sintió. Al final, dile que la debe sentir en el abdomen. 
    • Cuarto paso: luego dile que observe su postura, si esta incomodo pídele que la cambie. Luego, repite el tercer paso, pero al exhalar debe pronunciar la letra oooooo. Vuélvelo a hacer tres veces más y después pídele que se quede en silencio por un momento. Luego, dile: ¡abre los ojos! y pregúntale cómo la percibió. La letra O se siente en el pecho.  
    • Quinto paso: haz lo mismo, pero con la letra M. Al exhalar debes pedirle al niño que cierre su boca y pronuncie el sonido de la M. Esta vibración la debe sentir en la garganta. 

    También te puede interesar: ¿Cómo aprender a meditar?

    Ejercicio visualización guiada para niños

    Niño con las manos pintada de muchos colores
    • Primer paso: dile a tu hijo que cierre los ojos y que encuentre una postura cómoda. 
    • Segundo paso:  exprésale que es momento de escuchar su respiración y para lograrlo tiene que inhalar y exhalar. Debe practicarlo cinco veces.
    • Tercer paso: manifiéstale que ahora debe imaginar su color favorito. Después tiene que recrear una escena en la que este color pinte su cara, después su cuello, manos, piernas hasta llegar a sus pies. 
    • Cuarto paso: dile que se quede en silencio y que cuando desee abra los ojos. 

    Luego de practicar varias veces esta meditación y alcanzar un nivel más avanzado, puedes variarla pidiéndole a tu hijo que recree el lugar que más le guste, pero que imagine el aroma, el aire, el sol, que se quite los zapatos y recorra el sitio donde está. De esta manera, aumentará el tiempo de la práctica.

    Meditar con los niños es un momento único, como afirma Sandra Acevedo “los niños, a través de las diferentes sensaciones que experimentarán, descubren los beneficios de la meditación”. Recuerda que si tu hijo te ve practicando estos ejercicios, también se motivará a hacerlo. Por eso, inscríbete a los cursos de yoga o meditación de Compensar y vive los beneficios de esta práctica milenaria. 

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