Cenas clandestinas, una tendencia gastronómica donde lo que importa es ser sorprendido


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    Las cenas clandestinas se han convertido en una tendencia para la gastronomía mundial. Cargadas de misterio, han logrado ofrecerles a los comensales experiencias únicas debido a sus convocatorias discretas y lugares puntuales de celebración.

    Reconocidas por no celebrarse en restaurante tradicionales, las cenas clandestinas se están convirtiendo en un plan para los bogotanos. Esta idea, que, si bien nació en New York, se ha extendido en todo el mundo, y busca romper con todos los paradigmas sobre las invitaciones a comer. Al menos así lo explica Jean Paul Che Piu, quien, por medio de ArtFood, se ha dedicado a promover nuevas experiencias gastronómicas en Latinoamérica.

    “Las cenas clandestinas, que se han convertido en toda una tendencia, deben cumplir condiciones. La primera, es que no se organizan de manera regular, es decir, como un restaurante, sino que puede ser una vez a la semana, una vez al mes o, sencillamente, cada que el organizador tenga una idea novedosa en mente”, explica Che Piu.

    El gestor cultural y amante de la gastronomía añade que al no tener un espacio fijo, se trata de una iniciativa algo nómada; además, aunque las personas buscan que la comida sea rica y la experiencia se memorable, quieren llevarse una verdadera sorpresa.

    En su caso específico con ArtFood, cuenta que él organiza estas cenas clandestinas cada vez que se le ocurre una idea brillante, en especial relacionada con el arte. Así, pues, los invitados a su cena han estado en sitios como parqueaderos, almacenes de ropa, casas de campo, entre otras.

    “Recientemente, organizamos una fiesta temática en 25 ciudades de Latinoamérica, incluida Bogotá, que giraba en torno a la danza ‘La diablada’, que cada año se presenta en la Fiesta de la Candelaria en Perú. Lo que hicimos fue decorar los lugares clandestinos con obras de arte inspiradas en esta festividad peruana e idear los platos partiendo de dichas obras. Toda una mezcla entre gastronomía y arte”, cuenta Jean Paul.

    Específicamente en esa ocasión, los asistentes pudieron degustar mazorca trufada, galleta de arroz chaufa y caviar de pisco, entre otras.

    Gastronomía, creatividad y diversión

    De acuerdo con Jean Paul, para los chefs que participan en estas cenas es una oportunidad para “reinventarse en la cocina, desarrollar la creatividad sin un espacio tan estructurado para este arte. Además, se ahorran gastos fijos, como un arriendo, y costos de operación”.

    Y si tes estás preguntando cómo hacer parte de una puedes consultar las redes sociales e internet , así lo explica Jean Paul,  “Nosotros tenemos una comunidad de 50.000 personas en 11 países, suscritas por medio de nuestra página web. Entonces lo que hacemos es enviarles un correo cada que haya una cena para que este pueda comprar las entradas”.

    Finalmente, hacer parte de estas escenas clandestinas no es tan difícil como uno lo podría imaginar, en especial si eres un apasionado por Instagram y Facebook, pues hay varias cuentas dedicadas a ofrecerlas;.

    En el caso de Bogotá, puedes buscas en Instagram y Facebook cuentas conocidas como Oculto, Perrenque, El 604 y Casa de extraños , ten en cuenta que debes reservar con anticipación, pues el cupo siempre es para entre 10 y 30 asistentes.

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